La decisión de amamantar es uno de los retos fundamentales a los que se enfrentan las mujeres durante la maternidad, ya que tiene un enorme beneficio en el desarrollo de los infantes y un impacto positivo para las madres.
Amamantar disminuye la mortalidad materna por hemorragia posparto, así como el desarrollo de comorbilidades graves a futuro. Además tiene propiedades anticonceptivas, por lo que ayuda a dilatar el tiempo entre un embarazo y otro.
La recuperación física se produce de manera más acelerada entre mujeres que lactan, también hay menos tendencia a desarrollar síntomas ligados a la depresión posparto.
Las mujeres que no amamantan aumentan su riesgo a desarrollar hipertensión, enfermedades cardiovasculares, diabetes de tipo II, anemia y osteoporosis. La probabilidad de padecer cáncer de ovarios aumenta entre ellas en un 27%. Además el riesgo a que sufran cáncer de mama, que aqueja a una de cada 12 mujeres, se incrementa en un 4%.
Beneficios económicos de la lactancia materna
Las mujeres que eligen lactar evaden los gastos derivados de biberones, fórmulas y demás alimentos sucedáneos de la leche materna, que se estiman consumen, en promedio, más del 6% del salario familiar.
En el caso de las mujeres empleadas, amamantar evita el ausentismo, a la vez que reduce tiempo y costos relacionados a la salud de sus hijos, pues la lactancia materna eleva el sistema inmune por lo que previene enfermedades y alergia en la infancia.
Amamantar, ayuda además a avanzar sobre el reconocimiento del valor de las tareas que implica la reproducción de la vida y su justa remuneración económica,