Gloria: Pudo ser peor
El grupo Gloria, con una posición relevante en el mercado nacional peruano, ha caído quizas en esta actitud descontrolada de "hacer crecer las acciones a como de lugar", y ha escatimado, quizás intencionalmente, en sus controles de calidad y en la misma elaboración de su producto Pura Vida y encima lo ha "disfrazado" como leche de vaca.
El producto ya venía mostrando señales de descuido, hubo una temporada que venía en "modo" yogur, otras con un sabor extraño. Pero "era de Gloria" y "es de fiar". Hasta que tuvo que entrar en escena otro gobierno, el panameño, para hacer notar que algo no andaba bien. El daño pudo ser peor, pudo causar riesgos a la salud de los consumidores, si es que no los ha causado ya.
Graña y Montero: Colusión y/o malas juntas
El Grupo GyM puede ser otro ejemplo de ese "que las acciones suban como sea, así todos somos más ricos". ¿Los que pagan los platos rotos?: Primeramente sus trabajadores. Son estos trabajadores quienes, en gran medida, defienden a la empresa. Quizás la defiendan porque dentro de la compañía no ven malas prácticas y dudan que sus jefes "sean malvados" y, en última instancia, corruptos. O simplemente la defiendan porque es ella, la compañía, quien les da trabajo.
Quizás lo cometido por GyM sea el delito de colusión y/o corrupción, eso tendrá que demostrarse; o quizás el gran error sea asociarse con Odebrecht, una empresa con "olores" a soborno, algo fácil de notar en el "mundo corporativo" (los hombres de negocios no son bebés para no darse cuenta de estos "aromas"), siempre bajo el "maldito" afán de hacer que las acciones aumenten su valor "como sea, y con quien sea..."
El daño
Lo cierto es que este afán desmedido hace daño. Hace daño a la empresa, hace daño a sus empleados, a sus inversionistas, y al final al país entero, al pueblo.
Estas lecciones deben estar en un capítulo entero de un libro llamado "Cómo no usar el capitalismo".